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LUCES DEL PASADO - Escrito por Zulma Insfran - Año 2022
Juan Toló
Juan Toló, no fue médico, abogado o cura, fue un hombre común, sin más deseo que pasar la vida con una sonrisa impresa en su rostro, la cual lo hacía cultivador de amigos.
Este personaje, nació el 18 de noviembre de 1919, en Corrientes, bajo el nombre de Juan Ángel Boyán.
Con tan solo dos años sufrió de meningitis y como entonces no existía un tratamiento para esa enfermedad, los galenos recomiendan a sus padres que lo llevaran a vivir al campo, para mejorar su situación.
Por lo que su madre, Anastasia Boyán (Inmigrante austríaca), llegó a estas tierras con el propósito de trabajar y seguir las recomendaciones médicas.
Se instalaron, al llegar, en Villa Quijano, distante dos kilómetros de La Verde, junto con el Doctor Hortensio Quijano, dueño del aserradero y de un ramal del ferrocarril.
Juan creció en ese ambiente de servidumbre, con el hombre más potentado e predominante de la provincia, que se perfilaba para grandes cargos políticos (Vicepresidente de la Nación durante el gobierno del Gral. Perón).
Por su parte, Juancito presentó como secuela de la meningitis, inmadurez mental, dependía totalmente del cuidado de su madre. Es por ello, que para que su mamá realizara las tareas de servidumbre, el señor Quijano hacía que Juan le cebe mate.
Juancito lo apreciaba mucho al señor debido a que lo encontré en una figura paterna ausente. Siempre lo imitaba, si Quijano andaba armado, Juan también lo estaba, pero con un arma de juguete y si alguien lo hacía enojar, amagaba sacarla de su cintura. Todo un niño grande.
Eran cinco los hermanos: Marcelo, Juancito, Ana, Silvano y María. A todos él amaba, pero su preferida era María, una belleza de mujer que era pretendida por todos los muchachos, y, i utilizaban a Juan Toló para enviarle mensajes, al mismo tiempo que le decían "cuñado", apodo que lo enfurecía.
En 1968 tenía su mamá y como su hermana María, que era enfermera y trabajaba en el hospital, vivía en La Verde, lo presentó a vivir con ella. Aquí, en el pueblo, se ocupó de realizar trabajos de descarga de camiones ya repartir soda que preparó un carnicero. Así fue que Juancito salía por las calles cuando el sol comenzaba a calentar. Pero tampoco trabajaba y nadie le pagaba, le convidaban comida.
Siempre llevaba puesta una gorra que se la quitaba cuando pasaba frente a la iglesia y cuando izaban la bandera en la comisaría, además de colocarse en posición de firme.
Cuando cumplió 78 años el padre Jorge Heinneman le dio su primera comunión (un pedido de él).
Se enfermó para morir, se descompensó dos días antes del 21 de enero de 2000, cuando decidió partir hacia el Señor.
Todos eran amigos, mientras no le dijeran "Cuñado", porque para él esa palabra era un insulto. A veces, algunos niños traviesos se la decían. Fue mi fiel amigo, y el de mucha gente, ya que si alguien le encargaba un recado, se lo entregaba solamente a quien iba dirigido.
Decía que tenía novias en La Escondida, en La Verde y en Corrientes y cuando le preguntaban cuándo se iba a casar, el respondía "El sábado". Así se ligó el apodo de "Juan Toló" y el de "Juan Cuñado", menos aún.
Ese era el Juan, el querido niño grande de La Verde.
Chamamecito para Juan Tolo
Entre sombras siempre andaba
con su gorrita y su penar,
Ninguna palabra nunca
solo gruñidos y nada mas.
El camino de sus sueños
nunca parecía florecer,
siempre por la vida sola
alma sufrida solía ser.
Es posible que su vida
no haya tenido una razon.
Ni pasiones, ni temores,
ningún deseo, ningún amor.
Aquella noche de enero
en la vereda de lo de Insfran
Juancito abrió la boca
y comenzó un filosofar:
"Si yo tuviera una guaina
que me brindese todo su amor
con quien compartir mis penas,
entrega mi alma y poca razon."
Fue lo unico que el dijo
y causando con ello
mucho estupor,
pobre no tenia cuarto, no tenia
nada, si hambre de amor.
¡Qué Dios te tenga en la gloria
querido amigo juan tolo!
¡Seguro allá en el Cielo
hallaste respuesta a tu ilusion!
Letra y música: Gabriel Perino